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Te invitamos a conocer el origen genealógico y emocional de tus heridas de la infancia. Y una vez descubiertas, sanarlas… La niña que fuimos, sigue viviendo en nuestro interior, y muchas veces, quedó congelada por los traumas y situaciones dolorosas que experimentó. Nosotras crecimos, pero nuestra niña quedó allí, con necesidades emocionales, que ahora, como adultas, nosotras podemos aprender a cubrir para que ella sane y seamos mujeres plenas y felices.